DON JUAN
¿No es verdad, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
no hay que llevar mascarilla
y se respira mejor?
Es verdad -y no te miento-
que arriesgándome salí
desde muy lejos de aquí
burlando el confinamiento.
He venido de muy lejos
-aunque el lugar me lo callo-
a lomos de mi caballo
para tirarte los tejos.
He amarrado mi corcel,
está todo ventilado,
ya las manos me he lavado
y me he puesto el hidrogel.
Ea, pues, bella señora,
concededme vuestro amor.
Os lo pido por favor
¡desde hace casi una hora!
DOÑA INÉS
¡Callad, por Dios, caballero,
porque es público y notorio
que, aunque vos seáis el tenorio,
la salud es lo primero!
Con todo lo que se ha dicho
yo prefiero no arriesgar.
No me quiero contagiar,
que a mí me da miedo el “bicho”.
Conteneos, por caridad,
comportaos con elegancia
y mantened la distancia:
pues es por seguridad.
Este año no habrá romance,
se rompe la tradición.
Ya habrá mejor ocasión
con la vacuna al alcance.
Marchad, pues, por la vereda
y no vayáis muy despacio.
Estad en vuestro palacio
antes del toque de queda.