Historia de un Reino!

vota por la mejor historia de un reino.

  • Historia de un Reino 1

    Votos: 50 27,8%
  • Historia de un Reino 2

    Votos: 5 2,8%
  • Historia de un Reino 3

    Votos: 3 1,7%
  • Historia de un Reino 4

    Votos: 11 6,1%
  • Historia de un Reino 5

    Votos: 1 0,6%
  • Historia de un Reino 6

    Votos: 2 1,1%
  • Historia de un Reino 7

    Votos: 4 2,2%
  • Historia de un Reino 8

    Votos: 1 0,6%
  • Historia de un Reino 9

    Votos: 2 1,1%
  • Historia de un Reino 10

    Votos: 6 3,3%
  • Historia de un Reino 11

    Votos: 3 1,7%
  • Historia de un Reino 12

    Votos: 2 1,1%
  • Historia de un Reino 13

    Votos: 3 1,7%
  • Historia de un Reino 14

    Votos: 1 0,6%
  • Historia de un Reino 15

    Votos: 1 0,6%
  • Historia de un Reino 16

    Votos: 13 7,2%
  • Historia de un Reino 17

    Votos: 26 14,4%
  • Historia de un Reino 18

    Votos: 42 23,3%
  • Historia de un Reino 19

    Votos: 2 1,1%
  • Historia de un Reino 20

    Votos: 2 1,1%

  • Votantes totales
    180
  • Encuesta cerrada .
Estado
No está abierto para más respuestas.

DeletedUser8

Guest
Historia de un Reino 20


La historia de mi reino, bueno sí, es una historia que merece ser contada:
Antes de empezar, aclararé unos detalles. Yo viajaba con mis hermanos, mi hermano mayor es un gran estratega, le gusta calcularlo todo y confía mucho en él mismo. Mi hermana es la menor de los 3, ella es alegre, un poco insegura, pero es una buena chica, a pesar de ser algo insegura; sabe inspirar confianza.
Bien, como dije antes yo viajaba con mis hermanos. Íbamos de aquí para allá buscando comida y agua. Mi hermano tenía unas ovejas, vivíamos gracias a ellas. Pero un día nos cansamos de vivir de esa manera. Encontramos una tierra fértil y vacía, con todos los recursos necesarios para vivir. Nos pusimos manos a la obra y construimos un hogar.
Nos establecimos allí y vivimos tranquilos y con lo necesario para tener una vida estupenda. Nos dimos cuenta de que mucha gente pasaba por allí para llegar a una famosa ciudad, muchos mercaderes ambulantes nos hablaron de aquella maravillosa ciudad. Muchos viajeros nos pedían quedarse en nuestra casa para resguardarse del frío de la noche y nosotros no se lo negábamos, sería cruel dejarlos fuera, especialmente en invierno. Y gracias a eso nuestro hermano tuvo una idea:
Hermano: Escuchad, tengo una idea.
Yo: ¿Una idea?
Hermano: Siempre hemos vivido de lo que nos da la naturaleza, parecemos primitivos, deberíamos montar un negocio.
Hermana: Pero… ¿Qué negocio podemos montar aquí?
Hermano: Fácil. Haremos una posada. Tenemos que hacer otra casa, con muchas habitaciones y cómoda para los viajeros que lleguen, ganaremos rápidamente dinero al estar en el camino de esa gran ciudad tan famosa.
Yo: Está bien pensado, pero la gente va como mucho de 2 en 2.
Hermano: Lo sé, pero la posada se hará famosa rápidamente y por encontrarse en este lugar más gente se animará a viajar a la ciudad.
Hermana: ¿Por qué se animará más gente a viajar? No te estoy entendiendo…
Hermano: Porque tendrán la seguridad de tener un lugar donde pasar la noche, seguramente mucho gente no viaja por no acampar, especialmente en invierno por el terrible frío que hace fuera.
Hermana: Vale, ahora sí me hago una idea.
Yo: Es una gran idea. Deberíamos empezar cuanto antes.
Hermano: Sí, mejor. Cuanto antes empecemos antes empezaremos a ganar dinero.
Hermana: ¡Pues adelante!
Y así comenzamos. Mi hermano planificó como debía ser cada parte de la posada. Y mi hermana y yo fuimos dándole forma a esa gran idea.
La posada se hizo popular en poco tiempo, tal como había previsto mi hermano. Y efectivamente, ganamos bastante dinero. Teníamos muchísimos clientes, y la posada empezaba a quedarse pequeña para tanta gente. Y entonces hice una propuesta:
Yo: Hermanos, ¿no creéis que tenemos que reformar a la posada?
Hermano: Tienes razón, se está quedando pequeña.
Hermana: Podríamos probar algo nuevo.
Hermano: ¿Algo nuevo? ¿En qué piensas?
Hermana: Pues en ir a esa gran ciudad de la que tanto hablan los viajeros a comprar los materiales para las reformas, podríamos comprar pintura y algunos adornos para mejorar el aspecto de nuestra posada.
Yo: Es una gran idea, pero alguien debe quedarse aquí…
Hermana: Me quedaré yo. Cuando volváis nos pondremos a trabajar rápidamente, para seguir atendiendo a los clientes como siempre sin retrasarnos.
Hermano: Volveremos con los materiales y mejoraremos la posada.
Eso hicimos, y en tiempo récord. El resultado fue muy bueno, atrajo más gente que antes. Seguramente se comentarían las mejoras de nuestra posada, atrayendo así más gente.
Un día llegó una persona muy curiosa, iba vestida de una manera diferente y se notaba la alta calidad que tenían los tejidos de su ropa. Además, vino a la posada sin intención de hospedarse. Él quería hablar con nosotros, era un hombre de negocios y había venido… pues eso, a negociar.
Hn (hombre de negocios): Bueno, esta posada se ha hecho muy famosa, está en un territorio vacío y ventajoso, no solo por los recursos naturales; también está cerca de la ciudad más famosa e importante del momento.
Hermano: Rápido, tenemos que abrir dentro de poco.
Hn: Quería enseñaros mi idea, escuchadme: Teniendo un lugar como este para vivir y trabajar, podríais extender más vuestro dominio. No es por ofender, pero sería estúpido desaprovechar las posibilidades de crear una ciudad, que podría avanzar y conseguiros mucho poder. Sería ridículo dejarlo en una casita y una posada popular. La posada puede quedarse, pero siendo parte de algo más grande. ¿Entendéis?
Hermana: ¡Sí! ¡Sería genial conseguir todo lo que dijiste!
Hermano: No te precipites, tienes que pensártelo detenidamente.
Yo: ¿Le ves algún inconveniente? A mí me parece una gran idea.
Hermano: Bueno, pero… ¿Y qué ganarás tú? (Hacia el hombre de negocios)
Hn: ¿Yo? Pues tendré un alto puesto social, ya que soy el que os habrá impulsado hacia la gloria que alcanzareis.
Yo: Yo quiero probarlo.
Hermana: ¡Y yo!
Hn: ¿Entonces todos de acuerdo?
Hermano: Está bien, acepto.
Hn: ¡Perfecto! ¡Confiad plenamente en mí, seré vuestra mano derecha! Por cierto, llamadme Carlos.
Yo: Entonces decidido, podemos empezar.
Carlos: Lo primero será…
Así empezamos el proyecto. Carlos consiguió la mano de obra. Con tanta gente trabajando fue más fácil y rápido que las otras veces que construimos o reformamos la posada.
Cuando terminamos, no podía creer que lo hubiéramos hecho tan bien en tan poco tiempo. Estábamos orgullosos de nuestro trabajo. Mucha gente se quedó en nuestra ciudad. Adquirió mucha más fama de la que jamás imaginamos. Aceptar la propuesta de Carlos había sido una de las mejores decisiones de nuestras vidas.
Pronto empezamos a aprovechar los recursos naturales del terreno, producíamos una cantidad de frutas y madera prodigiosa. También teníamos cerca una caverna de la que sacábamos muchas piedras preciosas y algo de carbón que encontrábamos en una parte muy profunda. El comercio era excelente, y nuestra ciudad progresaba mucho. Mis hermanos y yo teníamos mucho terreno, que además cada vez se expandía más. No solo contábamos con la ayuda de Carlos. Nos ayudaban también dos científicos, Oscar y Agustín; gracias a ellos jamás nos hemos retrasado en la investigación, siempre estamos al día. Poseemos tanto terreno que lo hemos repartido en 3 áreas, una para cada uno de nosotros. La más pequeña la lleva mi hermana, la mayoría del comercio se desarrolla en esta zona, a pesar de ser el área más pequeña. La más grande está al otro extremo, la lleva mi hermano. En esta zona es donde están la mayoría de recursos, aparte de que es la más cercana a la caverna que antes mencioné, mi hermano está muy atento a los recursos; allí hay un almacén para guardar las cosechas y otras cosas que envían a la zona de mi hermana para que allí tengan recursos para comerciar.
La zona central la dirijo yo. Mi zona es la capital, es muy importante. Carlos está conmigo ayudándome a dirigirla. En mi zona están los edificios militares. Hay que decir que tenemos un ejército muy bueno, aunque aún no lo hemos necesitado para nada importante. Carlos insiste en que debemos tener un buen ejército listo en todo momento.
Esos fueron los inicios de mi reino, bueno de nuestro reino; mis hermanos siguen gobernando algunas zonas.
Unos años más tarde, el reino tuvo un gran problema. Esa gran ciudad, sí, esa que tanta ayuda nos había dado en el pasado, ahora era todo lo contrario. Su gobernante se puso celoso ante el poder y gloria que estaba obteniendo nuestro imperio. Él mismo lidero su ejército para atacarnos, el iba a la cabeza de toda una multitud de fieros soldados y por su manera de luchar, se veía claramente que era un veterano en la batalla. Saquearon el almacén, destruyeron casas y quemaron todo lo que pudieron. Nuestro ejército no pudo con lo que se nos vino encima.
Después del ataque nos fuimos recuperando lentamente, a pesar de los daños recibidos, todos queríamos volver a alzarnos, y esta vez no dejaríamos que nadie nos volviera a arrebatar la gloria. Todos trabajamos en equipo para restaurar la ciudad. Me pareció increíble la lealtad de los ciudadanos, ellos hicieron un gran trabajo. Esta vez nos preparamos a conciencia para nuevos ataques, y lo hicimos con razón; el gobernador de la ciudad enemiga volvió a la carga, pero esta vez habíamos cambiado mucho y era él el que no sabía lo que se le echaba encima. Yo también luche esta vez, a pesar de que mis hermanos intentaron impedirlo.
Hermano: ¡No! ¡Es muy peligroso! Además, una nación no puede permitirse perder a su líder.
Yo: Pero yo no puedo permitir que todos los que nos son fieles arriesguen su vida solos, tengo que estar allí y luchar.
Hermana: Los líderes no luchan, se quedan atrás. ¿Has visto alguna excepción?
Yo: El gobernador de la ciudad enemiga siempre va a la cabeza de su ejército.
Hermano: Sí, pero él es un experto en la lucha, es muy fuerte.
Yo: Es verdad, pero yo también soy fuerte, y no solo eso, también utilizaré la inteligencia para ganar. Iré y me da igual que no os guste la idea.
Hermano y hermana: Esta bien…
Y efectivamente, preparamos una emboscada y ganamos. Al ganar nos quedamos su territorio y eso hizo que nuestra ciudad alcanzará su máximo esplendor. Teníamos lo que siempre habíamos tenido y más. Hemos seguido conquistando lugares y somos un reino enorme. Pero el mejor momento sin duda alguna fue cuando nos alzamos con la victoria en aquella 2ª batalla, eso fue inolvidable. Bien, así nació mi reino y gracias a eso está donde ahora.
 
Estado
No está abierto para más respuestas.
Arriba