Concurso de Navidad FOE

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saphy

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Ganadora
Nickname: kike6969
Mundo: dinegu
Nombre del tema: Concurso de Navidad

Cuento de Navidad

Roma había Forjado unO de los mayores Emporios que se conocían de todas las eras pasadas y Cesar Augusto ordeno un censo de la población.
Volvía a su hogar luego de visitar al censor de su pueblo y cumplir con la obligación.
Foe estaba cansado pero antes de volver a casa, paso por su antiguo gremio de carpinteros, uno de los gremios mas apreciado en su ciudad. Gracias a su ayuda podía llevar alimento a casa, después de aquel estupido accidente que le dejo el brazo derecho impedido. Aun recordaba con amargura el día en que terminaba la cuna de madera para su pequeña hija Miriam y por un tonto descuido sufrió una grave herida en el brazo y ya no pudo volver a trabajar en su oficio. Conseguir alimentos era su batalla diaria.
Hacia pocos días que el invierno había llegado pero aun anochecía muy temprano, se apresuro para llegar a su hogar. Caminaba deprisa y temeroso viendo en el cielo aquella enorme estrella con su brillante cola que hacia días se podía observar en el firmamento. Todos decían que presagiaba malos augurios, pero en el fondo de su corazón sentía todo lo contrario.
Abrió la puerta de su pequeña casa y los gritos de alegría de su hija Miriam llenaron el hogar. Se abalanzo en sus brazos y lo lleno de besos, para él Miriam era la reyna de la casa. Luego se acerco al lecho en el que reposaba su esposa, enferma desde hacia mucho tiempo. La beso en la frente y ella le respondió con una sonrisa, era uno de los mejores momentos del día, cuantas veces rogaba en silencio a su dios por la salud de su mujer y que los protegiese de cualquier mal. Prepararon la cena y después de que respondiera a todas las preguntas de su hija, se fueron a dormir.
Aun no se había dormido y escucho el ruido de pezuñas cerca de su casa y a continuación el rebuzno de un asno. Se levanto y vistió deprisa. Cogió una daga y se la ciño al cinto, salio de la casa y encontró un hombre tirando de las riendas de un asno en el que iba montada una mujer cubierta con mantas. Hacia frió aquella noche. El hombre se dirigió a Foe.
-Discúlpeme si lo he asustado, estamos de viaje para hacer el censo y no encontramos hospedaje. ¿no tendría algún lugar para pasar la noche?
Foe pensó unos instantes y se apiado de ellos.
-Pueden pasar la noche en ese pesebre (le indico con la mano), solo hay un buey y es manso
El hombre le agradeció el favor y se dirigieron al pesebre.
Foe volvió a su casa y se acostó en su lecho, buscando el calor de su esposa, que dormía profundamente.
Una voz chillona lo despertó, Miriam gritaba y zarandeaba su cuerpo para que despertara. ¡¡¡¡¡¡Papa, papa, el pesebre esta ardiendo!!!!
Salto de la cama y salio corriendo, se detuvo frente del pesebre. Él había visto muchos fuegos. Aquel resplandor era diferente, no olía olor a quemado, al contrario se notaba el aroma de las flores en primavera, la brisa del mar de las tardes de verano y otras fragancias que no había sentido jamás. Entro en el pesebre y sobre una manta encima de la paja, yacía un niño recién nacido. No tenía palabras, su faz resplandecía y un sentimiento de paz le recorrió todo su ser. El hombre y la mujer lo miraron con una sonrisa de alegría. En aquel instante, le vino a la memoria que guardaba en algún rincón del pesebre, la cuna que hizo con tanto amor a su hija Miriam. No tardo en encontrarla y se la acerco al padre del niño.
Estará mas arropado, en esta humilde cuna (dijo Foe)
Así lo hicieron y el bebe parecía mas alegre en aquella cuna. Foe miro al padre, tenia el deseo de acariciar a aquel bebe y le pidió permiso. El niño movió sus pequeños bracitos y abría y cerraba sus manos como si entendiera su deseo.
Acerco la mano y el bebe le agarro un dedo con fuerza, sintió un estremecimiento que le recorrió todo el cuerpo y una sensación de alivio y ternura.
Se produjo un prodigio increíble, notaba su brazo fuerte. Podía mover la mano y los dedos como hizo antaño y las cicatrices que tenía habían desaparecido por completo. Se quedo mirando al niño, este le sonreía. Cruzo la vista con la mujer y abrió los labios, sus palabras se quedaron muertas en su garganta. Ella le dijo “Tus ruegos han sido escuchados, no es necesario que los menciones, ve a tu casa y reúnete con tu amada familia”. Foe dudo unos instantes pero salio del pesebre. La estrella en el firmamento parecía inmóvil y su luz era intensa, alumbrando todo alrededor. Por el camino que llegaba al pesebre, subían pastores llevando cestos y a lo lejos, pudo ver una pequeña caravana de camellos. Los observo con curiosidad y corrió hacia su casa.
Al entrar quedo quieto y maravillado. Miriam estaba en brazos de su madre de pie en la habitación, mirándolo con alegría. Se acerco y las abrazo a las dos. Gruesas lágrimas corrían por sus mejillas, no estaba seguro de creer lo que vivía y dio gracias por todo lo que le sucedía. A lo lejos oía cantar a los pastores y no era consciente de que era la primera familia que celebraba la navidad.
 

saphy

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Concurso de Navidad

Cuenta una leyenda de Dinegu que hubo una vez un Gremio con gran discordia en el que su fundadora pidió a todo su equipo detenerse por un momento para pensar en unas buenas palabras para sus mejores compañeros por privado, o al menos hacer un regalo simbólico de Feliz Navidad a todos, como 1 FP en un GE Gremial (Observatorio, Arca o Atomiun).

Dijo que era apenas un punto porque era un gesto de compañerismo y estima, más que de altruismo. Que no esperen nada a cambio, y que tampoco les duela desprenderse de ese monto.

Para sorpresa de muchos, recibieron inesperados cumplidos, y muchos que antes hubieran sido más bien orgullosos o avaros, les fue fácil desprenderse de esos puntos, alentando a otros más a devolvérselos o poner a otros jugadores ni tan afines.

Fue una bola de nieve de pleno invierno que fue aumentando a su paso, pero irradiando a la vez calidez al gremio, derritiendo barreras y allanando pasos entre distanciados. Promovió el espíritu de equipo, uniendo con una austera cena, punto a punto, hasta cerrar el círculo virtuoso de armonía y crecimiento de relaciones mucho más fructuosas, cuando se logra compartir y celebrar juntos otra Navidad FOE.

Espero cuenten esta leyenda cada año o cada vez que el clima gremial se enfríe, desafiando su veracidad de manera empírica, con el primer punto que desprenda esta avalancha que puede abarcar gremios, amigos o incluso vecinos, desde que no les cierre los GEs de doble recogida!
 

saphy

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En el palacio se respiraba una atmosfera de tensión, a pesar de las fiestas que se celebraban en las calles en honor a la victoria del Gremio Supremo en el Gran Torneo de los Campos de Batalla. La Reina, preocupada, les ordenó a sus fieles Magos que uno de ellos explore el desconocido incidente que surgió en los confines del dominio, un misterioso portal. Después de una breve votación, la tarea fue asignada a Jovial, el más joven de los Magos, encargado de la felicidad y el entusiasmo del pueblo.
Jovial se despidió del abuelo, su mejor amigo en todo el universo de Foe, y de un solo salto se lanzó al portal.
En un mundo paralelo, un par de gemelos, Ana y Pablo, conversaban acostados en camas contiguas. Habían pasado el día más maravilloso de todo el año, adornaron juntos el árbol de Navidad, cenaron las delicias que preparó su madre, cantaron villancicos con la abuela, jugaron al tesoro escondido con el padre y, felices y cansados, trataban de adivinar qué regalos descubrirían a la mañana siguiente. Pablo soñaba con un tren mágico y Ana deseaba un trineo conducido por unos renos domesticados. En ese momento sintieron una especie de cortocircuito en el aire y vieron aparecer a un chico desconocido, un poco mayor que ellos, vestido de manera extravagante.
Inicialmente, los tres se sobresaltaron. Jovial de Foe desenvainó su espada, Ana le lanzó el libro de cuentos que estaba en su mesita de noche, Pablo lo apuntó con la pistola de agua que tenía en la suya, pero muy pronto los tres se calmaron, se presentaron y se pusieron a conversar como viejos amigos.
Fue un encuentro inolvidable. Jovial contó muchas cosas sobre Foe, la Reina, los Gremios, las batallas, las eras por las que transitó su pueblo, sobre su trabajo y el del resto de los Magos, y también sobre su abuelo y su vida. Los gemelos le contaron a Jovial sobre el planeta Tierra y la Vía Láctea, la humanidad, el progreso, la computación, el internet, su familia y sobre esa noche, tan especial: sobre la Navidad.
Las horas pasaron volando, pero antes del amanecer el Mago comenzó a despedirse. Intercambiaron regalos: Jovial le dio a cada niño un puñado de diamantes que siempre cargaba en los bolsillos para casos extremos, Pablo le obsequió al forastero su pistola de agua y Ana le entregó su libro preferido de cuentos de Navidad.
- Foe me espera. Mi Reina me espera. Y también mi abuelo. Gracias, chicos, ojalá volvamos a vernos… - Con esas palabras Jovial desapareció de la habitación.
Ya en su mundo, delante de la Reina, los demás Magos, los jefes de los Gremios Mayores, los Ministros y los Comandantes del ejército, el joven Mago narró el testimonio detallado de su aventura.
- Ellos tienen un portal llamado ¨internet¨ y creo que podríamos usarlo para enlazar nuestros universos, - sugirió Jovial.
- Buena idea, - respondió la Reina hojeando el libro de cuentos. – Gracias. Recibirás una condecoración, tómate el día libre.
Jovial salió solemnemente, pero luego corrió desbocado en busca de su abuelo para compartir con este las emociones de sus últimas experiencias.
La Reina dio una serie de ordenes: investigar la tecnología relacionada con imprentas y editoriales, reproducir el modelo del artefacto ¨pistola de agua¨ y equipar con ellas un cuartel de militares, designar a un grupo de diplomáticos para negociar la posibilidad de usar el tal internet y… ¡comenzar a celebrar la Navidad como los humanos!
- Creo que hemos descubierto un nuevo y maravilloso mundo. ¡Enhorabuena! - concluyó la soberana.
Mientras tanto, en nuestra Tierra, los niños abrían sus regalos navideños. Pablo sacó de la caja un tren de juguete.
- ¡Mira, Ana, se parece al del cuento de Jovial! ¡Como en su reino de Foe! – exclamó el niño feliz.
- ¡Ssss! – Le interrumpió la hermana. - ¡Baja la voz! ¡Es nuestro secreto! – Y enmudeció al ver su propio regalo, un trineo con renos – ¡Que belleza! – Los ojos de la niña se llenaron de lágrimas de emoción y felicidad.
- ¿Crees que algún día conoceremos Foe? – preguntó Ana al hermano.
- ¡Seguro! – asintió Pablo.
Ambos sonrieron imaginando un futuro lleno de magia.
 

saphy

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Concurso de Navidad FoE

En un antíguo Reino, en la Era de Mañana, en la pequeña ciudad llamada Nueva Esperanza, en el mundo East-Nagash, por donde corría el Tren de Invierno, cargado de regalos de navidad que se sucedió esa historia.

El tren, más conocido como “El expreso de Carbón”, de color negro, venía cargado de FP y de bienes, además estaba lleno de bonos traídos a los ejércitos de la chica ciudad, deslizaba por sus trillos, haciendo el ruido característico y con el silbato anunciaba su llegada a la estación.

Conectados al tren estaban el vagón dormitorio, el vagón de mercancías y el vagón comedor, cada uno de ellos generando recompensas adicionales que se sumaban al tren, haciendo que la navidad fuera mucho más premiada.

El tren, recorriendo por su línea, transitaba por los montes, montañas y campos, al transponer la Gran Puente pasó por la Torre del Estratega y siguió su camino hacia la estación armada al costado del ayuntamiento de la comunidad.

Allí estaban armados el árbol de navidad, el árbol de regalos.

Santa Claus había venido, distribuyendo regalos para los niños, así ha llevado alegría y felicidad a todas criaturas del reino.

En la Confitería Grande los residentes de la comunidad conmemoraban la fecha, en gran estilo, cambiando regalos y danzando, entonando los salmos que les enseñaron sus ancestros.

"Feliz Navidad,
Feliz Navidad,
Feliz Navidad,
Próspero año y felicidad."


Al sonido de las músicas, las peleas que se llevaban en el Campo de Batalla del Gremio se suspendieron y los guerreros se juntaron a los moradores locales para, todos juntos, conmemorar la navidad, la confraternización y el amor.

Hagamos como los residentes de Nueva Esperanza, brindemos la navidad y prediquemos la Paz y el Amor, busquemos la harmonía con los vecindarios, y que los líderes de los gremios sepan llevar las actividades diplomáticas en búsqueda de acuerdos de ayuda y de “no agresión”.

Feliz Navidad a todos ustedes que forman parte de esa gran familia de FoE, que comparten su tiempo en la diversión, que el próximo año sea lleno de éxitos, conquistas, buenos ratos y principalmente “que el amor reine en nuestros corazones”.

Nick: TeoSucho
 

saphy

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-. Vosotros, los mercenarios, os quedareis de guardia en el ala oeste hasta que vengan a sustituiros.
Después de dar la orden, se alejó de ellos con paso firme, observando todo lo del alrededor, mientras que los mercenarios, algunos nuevos, pusieron mala cara.
-. Pero quien se ha creído ese personaje tan pintoresco, seguro que es un engreído.
-. Pero que dices, es un Campeón, tiene más batallas que años tenemos todos los de aquí presentes.
-. Aparte tiene batallas épicas, como por ejemplo la del Vigilante de Acero.
-. Vigilante de Acero? Eso te lo inventaste, es una fabula.
-. No sabes la historia? Y como el Campeón lo derrotó?
-. Que es mentira, yo no me creo que ni exista, como un Vigilante de Acero, es capaz de derrotar a 7 regimientos, y luego viene un Campeón y lo derrota?
-. Claro si es de Acero, ya no se puede hacer nada contra él “hablando burlonamente”
-. Ya veo que no sabéis nada, venid que os explico lo sucedido.
Se dice que: Mientras se estaba construyendo la estatua de Zeus, un millonario puso una buena cantidad, para que la estatua de Zeus estuviera acabada, para subir de moral las tropas y que estos luchen mejor al tener mas moral.
Lo curioso es de donde venia ese inversor, el mismo dijo, que venía de la Era Espacial Marciana.
Todos nos quedamos sin habla, pues nunca hemos oído hablar de tal sitio, empezando a reírse de ese inversor. Dicho inversor nos amenazó.
LA ÉPICA BATALLA DEL CAMPEÓN.
-. Os ayudo a crecer y así lo pagáis? A la próxima me recordareis, ya que vendré y no será para crecer.
Al día siguiente vino el Vigilante de Acero, matando a regimientos enteros.
nadie podía contra él, y nadie quería enfrentarse a él.
Los mandatarios ordenaban ataques, pero desde sus casas mandaban los mensajes.
Hasta que ningún soldado quedaba ya, y ellos tuvieron que actuar.
Saliendo de la casa, todos juntos en grupo caminaban, en dirección al Vigilante se acercaban.
Uno de ellos se adelantó, era la figura de un campeón.
El vigilante lo observó, y pronto a él se dirigió.
El Campeón se armó, y a distancia le tiró.
Al Vigilante le dio, y en ese momento quieto se quedó.
Él Campeón vio su debilidad, y corriendo hasta allí, fue a golpear.
El Vigilante sorprendido quedó, inmóvil por su miedo quedó.
Y cuando los mandatarios vieron lo sucedido, el vigilante realmente, tal como vino desapareció.
Vitorearon al Campeón, hasta que siete días pasaron en su honor.
Así la historia se escribió, y cualquiera que valla, sepa como sucedió.
FIN DE LA BATALLA ÉPICA

-. Que os parece la historia? Yo lo sé porque me la hicieron aprender de memoria en el colegio.
-. Seguro que es real?................................................................

En otro universo…… en la noche del 23 al 24 de diciembre.

-. Primo, ponme unos forges en mi Zeus que lo tengo en andamios, así ya tendré mi primer Ge, A mi me cuesta mucho, que solo hago 31 forges diarios.
-. Jajajaja solo 31, te pondría, pero estoy haciendo unos cambios de forges con otro jugador, y ya sabes, hay que mantener la reputación primo, y ser el primero en el ranking es muy, muy duro.
-. Venga hombre, te haces más de 2.600 Forges al día, estas al final de de las eras. Ayúdame un poquito que somos familia, y me dijiste tú que entrara en este juego.
-. Ya sé que te lo dije, jajajajaja, pero los forges de cambio son sagrados, estaré libre en unas pocas semanas, y te ayudo ¿ vale,? jejejejeje (riéndose para sí solo).
-. Bueno ya me buscaré a alguien que me ayude, cuando estés libre de cambios avisa.
-. Jejejejeje Venga por ser navidad te pongo unos forges, pero más tarde que voy a cenar, que mañana por noche pasa el papa Noel. Has hecho la carta? Jajajajaja. Hasta mañana, te llamo yo cuando despierte.

En ese mismo universo…… en la noche del 24 al 25 de diciembre.

-. Primo, ya te puse una pila de forges en tu andamio, ahora ya eres más fuerte jajajaja
-. Si que generoso, 28 Forges, lo justo para salir de andamios.
-. Venga quejica, que ahora tus unidades tienen más ataque, los quieres probar? Jajajaja
-. Pero como los voy a probar contra ti, si estas en la Era Espacial Marciana y yo acabo de entrar en la edad del hierro.
-. Jajajajaja, pero da igual, tu tranquilo que solo pongo mi nueva unidad el Vigilante de Acero.
-. Venga te ataco a ver, yo pongo lo que tengo mis 7 mercenarios y el campeón que me han salido en misiones.
RIIIIING…..RIIIIIIING……RIIIIIIING. (Suena el telefono)
-. Pero que te pasó, voy con mi campeón a que me mates, y sales de la batalla? Perdiste más de 1000 puestos en el ranking.
-. Calla, calla, “aguantando las lágrimas” está cayendo una gran nevada y se fue la luz, mi record de imbatibilidad he perdido. Ahora tengo que colgar, hablamos otro día.(casi en sollozos)………......................................................

En un juego perdido por la red, en donde están los records de victorias y derrotas, que puntúan según la dificultad de sus oponentes, el atacante nº 1, con un record de 1768 Días, siendo invencible e imbatible. Sin saber que esa noche día, 25 de diciembre, entró en una dimensión desconocida, en donde lo improbable se hace probable. En donde los deseos se pueden cumplir y hacerse realidad. En una dimensión donde Papa Noel existe y está observando.

En una Habitación un muchacho sonriente, contento, pensando, dando las gracias. Que por su alegría no sabe que está hablando en voz alta.
-. Gracias Papa Noel, trajiste mi regalo como te pedí.
Turúruru Turúruru Turúruru.
 

saphy

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Un tren Navideño

Hacía ya dos años que la Baronesa Zastrapa había llegado a administrar la heredad de su difunto marido y sin embargo, el tiempo había pasado muy rápidamente para ella. Con brazo de hierro y guante de seda había trasformado aquellas tierras yermas en una pequeña, pero productiva ciudad rodeada de frondosos bosques maderables y de pequeñas parcelas donde los viñedos estaban cargados con aromáticos racimos de uvas verdes y moradas.

La población se había triplicado con la llegada de la edad de hierro y dentro de los nuevos habitantes atraídos por la fama de la calidad de maderas y vinos, se habían instalado dos fabricantes de muebles de ébano que habían iniciado la explotación de aquellas maderas finas e inundado la ciudad y el mercado de toda suerte de mobiliarios caseros.

A pesar de la evidente prosperidad y de los avances alcanzados con la creación de los nuevos cuarteles militares y del centro de mando militar “Alcatraz”, la baronesa no estaba satisfecha y en conversaciones con otros comandantes del Gran Gremio, realizadas durante los descansos en los campos de batalla del torneo, maduró un proyecto de modernización de vital importancia para el futuro de su heredad: Llevar a cabo las gestiones y misiones necesarias para obtener que la línea del ferrocarril pasara por sus tierras, y con ellas, se lograra la llegada del tren de pasajeros y carga.

Había toda una lista de requisitos que cubrir, para obtener los permisos, planos, mejoras y licencias necesarias para su proyecto. Reunió a su general, administrador y consejeros e inició oficialmente el proyecto de modernización del transporte.

Para ello fue necesario, reunir varias talegas de monedas y suministros que la compañía exigía como provisión para garantizar el mantenimiento de la línea férrea, atacar y eliminar algunos contingentes mercenarios vecinos que hacían inseguro el paso de los trabajadores, motivar con aportes y regalos a algunos pueblos vecinos para que votaran a favor del paso del tren por la heredad de la Barona e incluso fue necesario realizar opíparas reuniones en las tabernas para ganar el favor de los vecinos, amigos y allegados.

Luego de todo aquello, apenas se había alcanzado un cupo en la asignación de las codiciadas estaciones ferroviarias, ahora tocaba presentarse a las reuniones y rogar porque la suerte les colocara entre los favorecidos para la instalación de las primeras líneas.

Fue un invierno ajetreado, que exigió la participación activa y decidida de todos los habitantes que rendían culto y devoción por la Baronesa, que era tratada como una Reina debido al cariño y empatía que sus aldeanos sentían por ella. La guerra realizada con ardor en los campos de batalla del torneo dio sus frutos al esfuerzo y el contingente regresó con un botín importante que vino a reforzar los preparativos que se hacían en la ciudad.

Los arquitectos hicieron despejar de edificios y fabricas una larga línea de paso, y se desmontaron los baños públicos, la vieja taberna, algunas estatuas y monumentos, todo con el ánimo de cumplir con el mínimo espacio requerido para el montaje. Cuatro meses les llevó preparar todo aquello y en las últimas semanas se trabajó febrilmente con el ánimo de cubrir hasta el más pequeño detalle que pudiera interferir con la meta de escuchar el pitido de la locomotora entrando a la moderna estación “La Minifalda”, llamada así porque la heredad se encuentra a los pies de las “Montañas Fronterizas”, sobre una pequeña falda de la montaña.

Se acercaba el día señalado y la sastrería del pueblo no daba abasto para cubrir la demanda de ropa de gala que los aldeanos esperaban lucir en la gran inauguración. Toda una suerte de lámparas de colores se instaló en el jardín Zen a la entrada de la estación; adornos, setos y hasta un pequeño oasis con palmeras decoraban el lugar.
Sin embargo un ingrediente muy importante faltaba: Los niños y adolescentes de la heredad habían sido evacuados para preservarlos de la amenaza de ataques de retaliación de un gremio vecino que decía haber sido traicionado por la Baronesa en los acuerdos firmados en una alianza defensiva durante el último torneo.

El borracho líder de aquel gremio, le había echado la culpa de su derrota al Gran Gremio, porque al final del torneo, le había quitado el cuarto puesto. En realidad, aquel gremio había sido derrotado por sus propios errores y mal planificación de las batallas. El Gran Gremio, y la Baronesa que ofició en aquel torneo como negociadora ante los gremios participantes, mantuvo su palabra y respetó el acuerdo aún a sabiendas que su aliado mostraba debilidades en la coordinación de las tropas y a que se daban ataques desleales y anárquicos que su líder decía no poder contener. Debido a la mala gestión militar, El Gran Gremio tuvo que en repetidas ocasiones correr en auxilio de aquel aliado de “papel”, aún a costa de distraer importantes recursos y tropas que debían estar focalizados en la defensa de sus predios.

Los aldeanos añoraban ver a sus pequeños y compartir las fiestas invernales con ellos, pero sabían que era necesario, al menos hasta contar con el tren, que aquellos permanecieran seguros en un gremio amigo que los trataba bien y con consideración. Lla Baronesa les tenía una sorpresa enorme como premio a sus esfuerzos por el desarrollo tecnológico de la heredad y secretamente hizo trasladar a los chicos y chicas a la estación más cercana y aquel día que se pintaba desteñido por la ausencia de los hijos, se vio inundado de alegría al ver llegar los vagones de pasajeros del nuevo tren, abarrotados de regalos y pequeñines a la estación de “La Minifalda”.

Toda una semana duró la celebración y de seguro estas serán las fiestas invernales más recordadas por mucho tiempo en aquella ciudad.
 

saphy

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Una Nochebuena sorpresiva

Hacía un frío espantoso y estaba tentado a pasar la Nochebuena en mi casa rural, situada en las afueras de la ciudad Lopitus que se halla a unos 30 kilómetros del Castillo de Frontenac. Mi cómoda cama, con su tibio edredón, que me envuelve como ropón acolchado, me invitaba a no salir. Había preparado una excelente cena con una sopa a base de los productos de la Granja de mi tío y un buen pedazo de cerdo que me proporcionó mi amigo el carnicero. Pero, ¿cómo me iba a perder la Misa del Gallo en la Catedral de San Basilio? No puede ser, mucho ánimo y un buen abrigo, calzado fuerte, guantes, bufanda y, en marcha.

Bañada por la misteriosa claridad de la luna, la ciudad parecía desierta. Sin embargo, mientras recorría sus adoquinadas calles, se escuchaba el ruido festivo proveniente de las vetustas casas, tan fantásticamente viejas que parecía que se iban a derrumbar. La ciudad fue construida por un caballero llamado Lopitus en la Era Industrial, por lo que aún, junto con algunas modernas fábricas, como la de Plásticos y la Planta de Gas, coexistían fábricas de aquella era, muy lejana, como la Planta Textil y el Horno de Caucho, pertenecientes al fundador de la ciudad, que exhibían un aspecto destartalado.

De pronto, siento que la sangre se congela en mis venas al observar como un bulto, saliendo de las tinieblas de un soportal, se dirige a mí y se me pone delante, mudo, derecho, con un dedo apoyado en los labios. Las tenues ondas de la luz lunar me permiten reconocer la cara del personaje, ataviado, además, con un conocido sombrero caprichosamente abollado: se trataba de un científico, un poco chiflado, que tiene su laboratorio cerca de la estación de Bombeo de Agua, al que todos en la ciudad llamaban el Científico Loco.

No habló nada: me hizo señas de que le siga..., y le sigo, en dirección a la catedral, cuya masa enorme se alza dominando el centro de la ciudad. En vez de entrar por el pórtico bizantino, donde se agolpan los fieles que concurren a la misa nocturna, mi guía y yo nos pegamos al muro de la fachada nueva y, ante nosotros, se abrió sin ruido una puertecilla pintada de rojo, que yo siempre había visto cerrada.

Entramos en un pasadizo estrecho, por las entrañas de piedra de la catedral y que se iba sumiendo cada vez más hondo. Mi guía me condujo por él, y yo iba detrás, con un poco de miedo. La humedad resumía por los poros de las piedras, dando a aquel pasadizo gran semejanza con el interior del acueducto. Llegamos a una especie de Cementerio Ancestral y en los nichos pude leer los nombres de héroes de batallas que tuvieron lugar en la ciudad que se defendía de sus vecinos que si vencían, procedían a su saqueo. La fatiga y unos asomos de susto me detienen un instante, y entonces mi guía, siempre callado, se vuelve y me hace señas de que continúe.

Por fin, al parecer, llegamos a nuestro destino. El científico enajenado por fin me sacó de la caverna y juntos salimos a una explanada, donde habían mucha vegetación, frondosos árboles y sembrados en Granjas de Terrazas que me recordaron a algunas que visité en Castilla La Mancha. Lo que me persuadió de que me hallaba bien lejos del país castellano, fue distinguir a lo lejos, la centelleante silueta del Castillo Himeji. Sorpresivamente, debajo de un árbol de ébano que debía tener siglos, divisé a los miembros de mi Gremio “Imperio Vikingo”, (fundado en la ciudad para ayudar a los más desvalidos) que, jubilosos, tomaban y comían alrededor de un hermoso Belén. Todos los personajes del Nacimiento tenían un aspecto estupendo y la Virgen María y San José lucían unos preciosos trajes y para que el niño no tuviera frío, tenía encima una mantita bordada con hilo dorado.

Todos me recibieron muy contentos y dieron las gracias al Científico Loco por haberme traído a pasar la Nochebuena junto con ellos.

A lo lejos sonaba un canto que avanzaba acercándose. Era un coro de dulces y claras voces. Eran pastoras que entonaban una salutación, cantada en versos:
En el portal de Belén
hay estrellas, sol y luna;
la Virgen y San José
y el niño que está en la cuna.

Niñito, por qué has nacido
en este pobre portal,
teniendo palacios ricos
donde poderte abrigar...

Después de tantas tribulaciones a las que me sometió mi lunático acompañante, por un momento pensé que estaba en el paraíso. ¡Excelente Fiesta de Nochebuena!
 

saphy

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Este es mi relato para el concurso que coincide con mi vuelta al juego. Lo he titulado como:

'Vuelvo al Foe por Navidad'

Mi cuento de Navidad terminó tristemente el año pasado, por estas mismas fechas, cuando por desconocimiento mio de las normas del juego, me banearon justamente cuando llevaba más de un año jugando a este precioso juego. Después de un año dándole vueltas comprendí que el error fue mio por no haberme leído las normas pero tenia rabia interior por todos los eventos y premios que había conseguido: la torre negra, la aguja invernal, el puente de Venecia, el ídolo de Tholos, 15 pozos de deseos reducidos y muchos premios más, conseguidos con mi esfuerzo y dedicación. Hace una semana volví, ya sabiendome todas las reglas, con un nick y un mundo nuevo y sin ningún tipo de rencor hacia el juego y sus moderadores y empezando de cero en un nuevo gremio que son como una familia, donde su moderadora es una bellísima persona. Me siento como que he vuelto al Foe por Navidad. Ahora mismo soy el último del gremio pero jugaré todos los eventos para progresar , y no por mi, sino por esta segunda oportunidad que me da la magia de la Navidad. Voy a jugar para ayudar a mis compañeros de gremio que han confiado en mi. La Navidad, una epoca de perdón y reencuentro y yo os pido disculpas a los moderadores si fui injusto con mis comentarios cuando me banearon. Sentía tristeza y rabia por dentro por lo que había pasado. En el evento del juego de Navidad completaré el tren, el tren de regalos, el tren de la esperanza, el tren que nunca olvidaré, el tren que me trajo de vuelta al Foe por Navidad.

Feliz Navidad a tod@s
Altair Castellano
 

saphy

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Concurso de Navidad FoE

Ha llegado el mes de diciembre, el evento de invierno ha iniciado, las actividades gremiales han intensificado, principalmente en lo relacionado a coordinación de esfuerzos en el Campo de Batalla del Gremio, donde los guerreros buscan conquistar provincias intentando aumentar el prestigio del gremio, todos buscando llegar a la cima y obtener los mejores resultados.

En la ciudad de Reino Blanco, reino de East-Nagach, por varias ocasiones ha tenido nevasca, y en una de esas nevadas se perdieron los nueve renos del trineo de Santa Claus, pero eso no ha impedido que los guerreros de esa ciudad hayan participado de los encuentros de las expediciones ni impidió que los mismos estuviesen en el Campo de Batalla.

Para encontrar los renos se ha elaborado una estrategia muy sutil.

Los habitantes de la ciudad, desproveídos de diamantes, tienen que laburar en los edificios de producción y de bienes a fines de recaudar los recursos para cumplir las misiones, esperando que a cada una de las misiones cumplidas se les entreguen las estrellas con las cuales podrán intentar, con mucha suerte, encontrar a los nueve renos perdidos y escondidos entre los regalos.

Tras muchas tentativas se van encontrando uno y otro reno, al final se los prende al trineo de Santa Claus, quien cumpliendo su centenaria misión, sale a distribuir alegría y felicidad a los pobladores del Reino Blanco, entregando los muchísimos regalos.

Con la nieve cayendo, la era Contemporánea más parece una era del Hielo, con la albura descoloriendo los edificios, los caminos y los campos, haciendo que el Tren del Invierno quede parado en la estación, imposibilitado de moverse por ausencia de puntos.

Bajo ese ambiente los residentes de la ciudad se reúnen en el ayuntamiento de la ciudad para conmemorar, armando el árbol de navidad y sirviendo bocaditos comprados en mercado de invierno.

Así mismo cambian obsequios, bajo la torre de regalos, cantando músicas de navidad, enalteciendo la amistad y las buenas relaciones con los vecinos, causando una tregua en el campo de batalla del gremio, en donde las armas y unidades guerreras fueron reemplazadas por confraternizaciones, deseos de buenas fiestas y muy prospero año venidero.

Los habitantes de Reino Blanco desean a todos, hermanados en el juego FoE, una navidad lleva de alegrías y que la prosperidad, no solo en el juego, sino en la vida real sea llena de buenos momentos, alegrías mil, felicidades y año nuevo muy placentero.
 

saphy

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La Navidad había llegado al pequeño gremio. Allí, donde eras atrás y debido a las batallas apenas habían sobrevivido unas diez familias, hoy existían grandes edificios y autopistas de agua. Los días de las fiestas eran sumamente especiales. Y más en esta Navidad con la llegada del Tren de Invierno y sus simpáticos renos.

Gustavo vivía en una torre con vistas al mar que estaba junto a la fuente elefante y el castillo himeji. Compartía su casa con su madre viuda y una abuela cascarrabias que no quería a nadie, ni siquiera a su propia hija, con la que siempre estaba discutiendo y peleando.

Cuando se acercaba la Navidad, Gustavo se ponía muy contento porque durante esos días lo dejaban deambular solo por los paseos de aleación y las autopistas de agua; lo que no le gustaba de estas fechas era que su abuela siempre se ponía más insoportable porque no le gustaba que la gente festejara y derrochara el tiempo en comidas grupales y esas cosas. Ella prefería quedarse con su máquina de coser, mirando por la ventana hacia alguna parte que Gustavo no sabía qué era.

Ese año la Navidad se presentaba algo más especial porque unos reyes vendrían a visitarlos. Eran unos viajeros que iban de gremio en gremio, visitando los diferentes mundos, emulando el viaje de los reyes magos. Gustavo se puso tan contento y tanto se entusiasmó que durante días no pudo pensar en otra cosa.

Pocos días antes de la fecha en la que llegarían estos extraños visitantes comenzó a llover tanto que se inundaron todos los paseos y se desbordaron las autopistas de agua. El pueblo quedó completamente aislado del resto de gremio y se suspendieron la mayoría de las fiestas. Gustavo estaba muy triste sobre todo por haberse perdido la oportunidad de conocer a esos reyes que venían de otro lugar, de otra era.

Una tarde mientras estaba tomando la merienda absolutamente absorto en la pared de la cocina de su casa, su abuela dejó la máquina de coser y se le sentó al lado. ‘¿Por qué estás tan triste, Gustavo?’ El niño se sorprendió mucho; jamás su abuela se había preocupado por cómo estaba él. ‘Es que me gustaría saber cómo es afuera y ellos podrían habérmelo dicho’. ‘No te preocupes, lo sabrás. Algún día podrás dejar este lugar y viajar a donde quieras pero mientras tanto en vez de quedarte mirando hacia esa pared podrías hacer como yo, a través de esa ventana verás el campo y el mar: ahí afuera es donde se cuece la vida’.

El niño se quedó sorprendido por la sabiduría de su abuela y le hizo caso. Desde ese día pasaba muchas tardes sentado frente a la ventana, observando la línea del horizonte que cada vez se acercaba más y soñando con que un día él también podría ser un rey mago para pasear de gremio en gremio, de mundo a mundo a lo largo y ancho del inmenso FOE llevando la alegría a los niños que soñaban con vivir en otra parte.
 
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